Un 23%de niñas y un 15% de niños sufre abusos sexuales en España antes de los 17
años. Los abusos sexuales a menores son, por tanto, mucho más frecuentes de lo que
generalmente se piensa, aunque hay que precisar que en estos porcentajes se incluyen
desde conductas sexuales sin contacto físico, como el exhibicionismo, hasta conductas
más íntimas, como el coito anal o vaginal. Las niñas sufren de una y media a tres veces
más abusos sexuales que los niños. Se dan en todas las edades, pero más
frecuentemente entre los 10 y los 13 años. En el 46% de los casos, se repiten más de una
vez sobre la misma víctima.
Los abusos tienen efectos diferentes para niños y niñas. Los niños varones que han sido
agredidos es más probable que abusen de otros menores y suelen mostrarse agresivos,
mientras que las niñas suelen sentir depresión y ansiedad. No todas las víctimas
necesitan tratamiento tras la agresión, pero todas precisan ayuda. Una ayuda que el 60%
no recibe.
n cuanto a los agresores, la mayoría son varones que, casi en la mitad de los casos,
realizan su primer comportamiento de abuso antes de cumplir 16 años. De hecho, los
abusos cometidos por adolescentes y jóvenes está creciendo debido a factores como el
abuso de alcohol. Los agresores suelen, además, ser reincidentes y remisos al
tratamiento. En la mitad de los casos no conocen a las víctimas. En la otra mitad, se trata
de familiares o conocidos de los niños o niñas. La mayoría no son pedófilos.
¿Cómo afrontar un caso de abuso? Los expertos recomiendan creer al niño, porque no
mienten prácticamente nunca, y, en cualquier caso, dejarles claro que ellos no son
culpables de lo sucedido. Además, hay que denunciar los hechos. Puede parecer una
obviedad, pero no lo es. Muchos casos de abuso se silencian, pese a que la denuncia es
una obligación social y legal, además de ser una de las escasas vías existentes para
garantizar que los agresores reciban tratamiento.
Los expertos apuestan por la realización de programas de prevención en los centros
educativos, enmarcados en programas más amplios de educación para la salud, que
permitan que los niños y niñas aprendan a identificar los abusos y a no guardar el
secreto, si les sucede. Además, subrayan la necesidad de considerar a los niños no sólo
como víctimas, sino también como agresores potenciales, y de que las instituciones
relacionadas con el abuso sexual (comisarías, hospitales, escuelas, servicios sociales y
centros de salud mental) coordinen sus esfuerzos. Fuente: informe “Save the children”.
Atención psicológica a víctimas de abuso sexual en la infancia: