MIEDO

Una investigación en la que han participado científicos españoles demuestra cómo una sola dosis de un fármaco consigue reducir en ratones el pánico provocado por un recuerdo traumático

 

Los científicos confían en que este fármaco pueda ser utilizado en pacientes con fobias o estrés

Sufrir un atraco en una calle solitaria o ser víctima de un desastre natural o de un abuso físico puede provocar en algunas personas un miedo tan intenso que son incapaces de superarlo el resto su vida. Desde hace tiempo, los científicos buscan una terapia que ayude a estas personas a superar sus experiencias traumáticas, y parece que han dado un importante paso en el proceso. Investigadores de la Universidad de Emory (Estados Unidos) y de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) han conseguido que ratones de laboratorio olviden sus traumas provocados por estímulos adversos con una sola dosis de 7,8-dihidroxiflavona, un derivado flavonoide que potencia nuevos aprendizajes emocionales. Los científicos creen que el fármaco podría ser eficaz para tratar trastornos de estrés post-traumático, de pánico y fobias en personas. El trabajo aparece publicado en American Journal of Psychiatry.

Según explican los científicos, los ratones expuestos previamente a una situación traumática muestran una memoria más persistente del miedo condicionado -adquirido por la asociación de un estímulo sonoro con un estímulo adverso- y son incapaces de superar su miedo. Es un fenómeno similar al que se produce en personas que sufren Trastorno de Estrés Post-Traumático (TEPT), un trastorno de ansiedad que sufren al haber estado expuestas a una situación altamente dramática, como un ataque físico, un robo con violencia o un desastre natural.

En este trabajo, los investigadores han comprobado que la 7,8-dihidroxiflavona inyectada en ratones sometidos previamente a un suceso traumático hace que el miedo condicionado se extinga más rápidamente. La potenciación de este nuevo aprendizaje se produce porque la 7,8-dihidroxiflavona activa los receptores TrkB del cerebro, probablemente de la amígdala, fundamentales para el aprendizaje y la memoria emocional.

Chocolate negro y vino tinto

La 7,8-dihidroxiflavona es un derivado flavonoide. Los flavonoides están presentes en alimentos como el vino tinto, los cítricos, los cereales, el té y el chocolate (más del 70% de cacao), entre otros muchos. La administración crónica de alimentos ricos en flavonoides en animales de laboratorio ha demostrado efectos neuroprotectores en roedores longevos, pero la activación de los receptores TrkB que pueden producir es probablemente baja comparada con la 7,8-dihidroxiflavona, según los investigadores.

Estudios muy recientes han demostrado que la 7,8-dihidroxiflavona puede presentar acciones terapéuticas en modelos animales con Alzheimer, infarto cerebral, Parkinson y depresión. En el caso del trastorno del pánico o las fobias, los investigadores consideran conveniente estudiar su efecto combinado con psicoterapia, administrándola en sesiones de extinción del miedo en trastornos de ansiedad, o incluso a las pocas horas de haber sufrido una experiencia traumática.  Fuente: ABC.es

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