MIEDO A LA OSCURIDAD (nictofobia).

ESe define como un persistente, anormal y injustificado miedo a la oscuridad o a la noche. También se conoce como acluofobia, escotofobia, ligofobia o mictofobia.En el caso del término nictofobia, se refiere principalmente al miedo a la noche. Es común en los niños, un poco más raro en adultos, generalmente es causado por el hecho de que la persona no puede ver en la oscuridad y se le teme a lo que no se puede ver. Y, en lugares mal iluminados, las cosas parecen ser lo que no son. Más allá de que la ciencia afirme que el miedo es irracional, y que aquello a lo que se teme no es real, esto no alivia el pánico.

        Tratamiento psicológico de la nictofobia:

                                          Contacto: javier@psicologo-valencia.es

                                                            www.psicologo-valencia.es

l El miedo puede definirse como una emoción inherente a la naturaleza humana. Es un instinto primario y adaptativo que nos protege ante el peligro, produciendo sustancias endógenas que nos permiten enfrentarlo o escapar de él. Muchas veces nos paralizamos, transpiramos y se nos corta la respiración cuando nos enfrentamos a un miedo excesivo. Nuestra forma de vivir se altera, y nuestra facultad de adaptación se reduce, cuando esta amenaza no es real. Podremos enfrentar todo tipo de miedos solo cuando conozcamos sus mecanismos. Nuestro pensamiento determina la reacción ante un estímulo neutro. Un estímulo neutro o una situación neutra podría ser la caída de un objeto en una habitación alejada de la nuestra, cuando estamos a punto de dormirnos. Si pensamos que es el gato el que lo tiró, lo más probable es que nos demos vuelta y sigamos durmiendo como si nada hubiera pasado. Pasa todo lo contrario, si sospechamos que un intruso a ingresado a la casa, a partir de este pensamiento no podremos conciliar el sueño, nuestro ritmo cardíaco aumenta, nos sentiremos paralizado, nuestra boca comienza a secarse, nuestra respiración se dificulta y hasta incluso podemos llegar a sentir un sudor frío que recorre nuestro cuerpo. Es decir, el miedo nos pone en aviso ante determinados peligros, pero también nos paraliza. Existen cinco tipos de miedos que no responden a una situación real, el miedo a la muerte, puede considerarse como una respuesta a nuestro instinto de conservación; el miedo a sentirse débil, parte de una necesidad de relacionarse con los demás, nos hace sentir inseguros y sin el apoyo de los otros; el miedo a la soledad, proviene de nuestro instinto sexual; el miedo a lo desconocido; el miedo a no ser socialmente reconocidos, tiene que ver con una carencia de poder o la imposibilidad de no ser valorados. Además existen tres patologías provenientes del miedo. La ansiedad, se produce por un estímulo confuso, y se manifiesta como un miedo difuso. Esta percepción es confusa que mezcla numerosas sensaciones que anticipan dolor o peligro. También podemos sentir ansiedad cuando nos invaden dudas sobre nosotros mismos o cuando no podemos comprender la realidad. Nos pr

Sufrir un atraco en una calle solitaria o ser víctima de un desastre natural o de un abuso físico puede provocar en algunas personas un miedo tan intenso que son incapaces de superarlo el resto su vida. Desde hace tiempo, los científicos buscan una terapia que ayude a estas personas a superar sus experiencias traumáticas, y

Leave a Reply