PARA LA DEPRESION

Información para pacientes sobre la Depresión

¿Qué es la depresión?

La depresión es una enfermedad que altera de forma intensa los sentimientos y los pensamientos.  La forma más frecuente de manifestarse es como tristeza, decaimiento, sensación de ser incapaz de afrontar las actividades y retos diarios, y la perdida de interés en actividades que previamente resultaban placenteras.

 

¿Cuáles son sus síntomas?

El síntoma más característico es la tristeza. A lo largo de la vida podemos experimentar tristeza o desgana, especialmente cuando sufrimos una pérdida importante. Sin embargo, la tristeza y la desgana en la depresión son inapropiadas o excesivamente intensas y prolongadas.

El llanto no suele aliviar la tristeza en una persona deprimida, y en ocasiones le es imposible llorar, por estar el paciente vacío de emociones. Otros síntomas que pueden aparecer son:

  • Pérdida de energía con sensación de agotamiento incluso tras el descanso.
  • Enlentecimiento mental y dificultad para prestar atención, con falta de memoria. En los ancianos, puede provocar un estado de confusión llegando a aparentar una demencia.
  • Ansiedad con irritabilidad o agitación.
  • Cambios en el sueño con somnolencia, o más frecuentemente, insomnio.
  • Disminución de peso por pérdida de apetito, o aumento del mismo por sensación de vacío causada por la ansiedad.
  • Con frecuencia, las personas con depresión se quejan de síntomas como dolor de cabeza o de otras zonas, problemas digestivos o sexuales. Es muy frecuente la inapetencia sexual, que puede dificultar las relaciones de pareja.

Todos estos síntomas causan sentimientos de inutilidad y culpa. El paciente, que no comprende lo que le pasa, se siente responsable de lo que le ocurre. La vida pasa a verse como desagradable, vacía y carente de interés. Muchos pacientes ven la muerte como un alivio de su sufrimiento y piensan con frecuencia en ella y, en algunos casos, en el suicidio. Estas ideas no son propias de la forma de pensar del paciente, sino que se deben al trastorno que produce la depresión y desaparecen cuando el tratamiento funciona. Por ello, no se deben tomar decisiones importantes mientras no mejore la depresión.

Los síntomas pueden ser más difíciles de identificar en los casos de depresiones en niños y en ancianos. En el primer caso, debe de prestarse especial atención al cambio de carácter del niño, alteraciones del sueño, bajo rendimiento escolar, o rechazo para participar en actividades que le resultaban atractivas.

En los ancianos, debe de tenerse especial cuidado en valorar la posibilidad de que un componente depresivo esté precipitando o confundiéndose con los síntomas de demencia senil o Alzheimer, en cuyo caso, el tratamiento adecuado de la depresión, puede mejorar notablemente su situación.

¿Cuál es la causa la depresión?
En muchos casos, no se encuentra una causa para la depresión, y aparece por una alteración del funcionamiento del cerebro. Los factores que pueden favorecer o precipitar la aparición de una depresión son:
  • Antecedentes familiares: En algunas personas puede haber una predisposición genética, existiendo antecedentes familiares que aumentan la probabilidad de padecerla.
  • Las mujeres sufren con mayor frecuencia depresiones que los hombres.
  • En algunos casos, es desencadenada por situaciones personales, cambios o circunstancias estresantes en el trabajo (paro, cambio de trabajo, pérdida de trabajo…), divorcio, jubilación,  por la pérdida de un ser querido o de bienes, o con cambios repentinos de formas de vida (pérdidas económicas, pobreza…).
  • Algunas mujeres la presentan tras el parto por cambios hormonales. Es la denominada depresión posparto.
  • A veces una enfermedad física (cáncer, diabetes, enfermedades cardiacas, Parkinson, trastornos de la alimentación, trombosis, Alzheimer…) o la toma de ciertos medicamentos, hacen que aparezca.
  • El consumo de alcohol y de drogas favorece la aparición de depresiones.
  • Existen algunas personas que presentan síntomas de depresión, de forma recurrente en las mismas épocas todos los años, especialmente en zonas con gran diferencia de luz entre verano e invierno.
¿Cómo se trata?

Actualmente disponemos de medicamentos muy eficaces. Los tratamientos actúan regulando las substancias alteradas en el funcionamiento del cerebro, y por tanto, corrigiendo el problema en su origen. Estos medicamentos, llamados antidepresivos, no cambian el modo de ser de la persona, sino que permiten que vuelva a ser como era antes de padecer la enfermedad. No impiden a la persona sentir emociones y no producen dependencia.

Muchos de ellos tienen muy pocos efectos secundarios y son muy seguros, pudiendo tomarse incluso de forma permanente en los casos que es necesario. Al disponer de muchos tipos, es preciso elegir el más útil en función de los síntomas de cada persona y la dosis más idónea.

La mejoría tarda en aparecer por lo menos tres semanas y, durante este tiempo, es cuando pueden producir molestias como sequedad de boca, dolor de cabeza o malestar de estómago. Estos síntomas no suelen tener gravedad y ceden al continuar con el tratamiento.

Suelen ser eficaces en casi 3 de cada 4 pacientes y, si no funciona el primero, otro diferente puede conseguir la mejoría. Pero para ello, es imprescindible tomar la medicación como fue prescrita. La causa más frecuente de fallo es la toma irregular del tratamiento. Tomar largo tiempo una medicina sabemos que es difícil, y en la depresión, la duración del tratamiento debe ser superior a seis meses, pero es esencial para conseguir una recuperación plena y evitar recaídas.

En ocasiones, se asocian otros medicamentos al principio para tratar síntomas como la ansiedad o el insomnio.

¿Durante cuánto tiempo debe de mantenerse el tratamiento?
La duración del tratamiento antidepresivo depende de la depresión, pero en general debe de ser superior a seis meses, manteniéndolo hasta que el médico tiene ciertas garantías de que no reaparecerá al suspenderla.
Otras recomendaciones para afrontar la depresión

La psicoterapia puede ser de gran ayuda, sobre todo cuando la depresión se desencadenó por una causa concreta, y como ayuda en la recuperación.

Una relación de confianza entre el paciente y su médico es esencial.

Para la familia puede resultar difícil comprender que lo que le ocurre al paciente es una enfermedad, y que es la causante de su incapacidad para disfrutar de actividades que antes le resultaban placenteras, y ahora le resultan desagradables. Es perjudicial forzarle para que las realice antes de que por su mejoría, se sienta capaz.

No se debe de beber bebidas alcohólicas (incluida cerveza y vino) mientras se toma medicación antidepresiva, porque el alcohol puede tener un efecto negativo en el organismo.

Es recomendable hacer ejercicio físico, mejora el estado del paciente, especialmente si se realiza en compañía, bien haciendo deporte 3-4 veces a la semana (bicicleta, fútbol, tenis, natación…), bien paseando a ritmo de marcha.

                   Tratamiento para la depresión:

                                         www.psicologo-valencia.es

                                         www.psicologo-castellon.com

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