ANSIEDAD

La ansiedad es una emoción normal que se experimenta en situaciones en las que el sujeto se siente amenazado por un peligro externo o interno. Habría que diferenciar entre miedo (el sujeto conoce el objeto externo y delimitado que le amenaza y se prepara para responder) y ansiedad (el sujeto desconoce el objeto, siendo la amenaza interna y existiendo una dificultad en la elaboración de la respuesta). La ansiedad es anormal cuando es desproporcionada y demasiado prolongada para el estímulo desencadenante.

¿Por qué se produce?

Las causas fundamentales de la ansiedad se encontrarían entre los factores genéticos, existiendo una predisposición al trastorno, aunque se desconoce su contribución exacta y el tipo de educación en la infancia y la personalidad, presentando mayor riesgo aquellas personas con dificultad para afrontar los acontecimientos estresantes. Entre los factores precipitantes de la enfermedad estarían los acontecimientos estresantes, en particular las dificultades en las relaciones interpersonales, las enfermedades físicas y los problemas laborales. Los trastornos de ansiedad pueden hacerse crónicos si persisten los acontecimientos estresantes que los han provocado o se mantienen estilos de pensamiento que ocasionan un temor a la presentación de los síntomas, creándose un círculo vicioso entre la ansiedad y el temor a presentarla.

¿Cómo se presenta la ansiedad?

Existen distintos cuadros clínicos en los que la ansiedad es el síntoma fundamental. Entre ellos estaría el trastorno por crisis de angustia, en el que la ansiedad se presenta de forma episódica como palpitaciones, sensación de ahogo, inestabilidad, temblores o miedo a morirse; el trastorno de ansiedad generalizada, existiendo un estado permanente de angustia; el trastorno fóbico, con miedos específicos o inespecíficos; el trastorno obsesivo-compulsivo, con ideas intrusivas y desagradables que pueden acompañarse de actos rituales que disminuyen la angustia de la obsesión (lavarse muchas veces por miedo a contagiarse, comprobar las puertas o los enchufes, dudas continuas); las reacciones de estrés agudo o postraumático; y los trastornos de adaptación a situaciones vitales adversas.

¿Cuál es la evolución?

En general, el curso es crónico con fluctuaciones y, en particular, en el trastorno de ansiedad generalizada, trastorno obsesivo-compulsivo y trastorno fóbico de inicio en la infancia el curso es especialmente fluctuante. Sin tratamiento, el 80 por ciento siguen presentando síntomas tres años después del inicio. Si la ansiedad es crónica pueden presentarse con frecuencia estados de depresión acompañantes. Con tratamiento, un 50 por ciento no vuelve a presentar crisis de angustia.

¿Cuál es el tratamiento?

La mayor eficacia se ha conseguido con la combinación de psicofármacos y psicoterapia. Entre los fármacos se utilizan los antidepresivos a dosis superiores de las requeridas para tratar la depresión. También son útiles las benzodiacepinas, que controlan los síntomas con rapidez, aunque no deberían administrarse de forma prolongada. Existen distintas técnicas de psicoterapia para los trastornos de ansiedad encaminadas al aprendizaje de técnicas para el manejo de la ansiedad. Es importante la explicación clara sobre los síntomas físicos de la ansiedad y el entrenamiento en relajación.

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MUJER

No hay lugar a dudas que las mujeres representan un grupo poblacional que incrementa su demanda en lo relativo a la atención en salud mental. No obstante, desde hace 2 décadas es cuando comienza a tomarse seriamente en cuenta el reclamo y la demanda de la atención de los trastornos psicopatológicos de las mujeres, ya que desde el Sistema de Salud las acciones sanitarias en la población femenina estuvieron centradas en los temas reproductivos y de planificación familiar El cambio del rol femenino en la sociedad contemporánea, excede el tema meramente reproductivo por el hecho que la mujer moderna tiene una multiplicidad de funciones simultáneas: ser ama de casa, madre, esposa y una actividad laboral fuera del hogar, debido generalmente por razones socioeconómicas. Esta división de roles en muchas mujeres vulnera su psicología femenina, provocando una vulnerabilidad en su salud mental, que hace necesario su detección precoz, control y tratamiento oportuno. Además pertenece a un género que fue y es subvaluado culturalmente, por cual tiene dificultad de desarrollar experiencias de aprendizaje y experimentación. También por la diversidad de funciones, se someten a una situación de estrés laboral, debiendo enfrentar en muchas oportunidades a la discriminación por su género y a sus consecuencias, como la sobrecarga laboral y la pobreza. Estas formas de discriminación y exclusión sociocultural explican el incremento en la prevalencia de los problemas psicopatológicos de la población femenina.

Según estudios epidemiológicos recientes, revelan que las mujeres son más vulnerables a sufrir trastornos mentales que la población masculina. Dentro de la psicopatología, los trastornos más frecuentes son: los estados de ansiedad, el síndrome depresivo, la secuela de violencia doméstica y el consumo de psicofármacos. Las tasas de prevalencia de la depresión y de los trastornos de ansiedad son diferentes entre las mujeres y los hombres, ya que son más elevadas en el caso de las primeras. Según los estudios epidemiológicos de la Organización Mundial de la Salud, concluidos en el año 2005, existe una relación de 2 a 1 con respecto a la incidencia de la depresión en mujeres con respecto a los hombres. En la tercera edad los problemas mentales se caracterizan por diversas formas de depresión senil y demencia, que mayoritariamente las padecen las mujeres. Las altas tasas de prevalencia de la violencia contra mujeres a lo largo de su vida puede llegar en algunos países al 50%. El estrés postraumático consecutivo a los actos de violencia las convierte en un grupo de alto riesgo. Por lo tanto es necesario analizar los factores de riesgo de los trastornos mentales de las mujeres, para determinar cuáles son las acciones necesarias para lograr un buen nivel de salud mental. La identificación y la modificación de los factores psicosociales que influyen en la salud mental de la mujer hacen posible el logro de la prevención de determinados alteraciones de la salud mental.

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PARANOIA

La Paranoia se sitúa entre los llamados Trastornos de ideas delirantes. Son trastornos psicóticos, esto es, enfermedades parecidas a la Esquizofrenia pero diferentes de ella, en las que se produce una ruptura de la realidad y la persona crea una “nueva” dentro de su mente.La Paranoia y los demás Trastornos de ideas delirantes, como su propio nombre indica, se caracterizan principalmente por la presencia de delirio o ideas delirantes, que pueden definirse como falsas creencias con diferentes temáticas o contenidos (existen delirios de perjuicio, de grandeza, de enfermedad, de seducción, de ruina… y de muchos mas temas) que se basan en una incorrecta valoración de la realidad exterior.

Es característico que las creencias delirantes se mantengan firmes y no sea posible rebatirlas con una argumentación lógica, por ejemplo el caso de un delirio de filiación, en el que la persona delirante esta convencida de ser hija del rey de Marruecos, por ejemplo, a pesar de toda clarísima evidencia en contra o en una megalomanía o delirio de grandeza autoproclamarse, con certeza rotunda, elegido de Dios y capaz de prodigios extraordinarios.

Estas ideas, evidentemente, no son compartidas por el medio sociocultural de la persona que las presenta, ni se explican por creencias religiosas. Algunas veces se trata de una idea única y otras de complejísimos entramados delirantes.

En el caso concreto de la Paranoia la temática del delirio es el perjuicio. Suele ser un delirio bien estructurado en el sentido de que el sujeto que lo padece se siente victima de las acciones de una persona o de varias personas o de una institución, cree que actúan en su contra con ánimo de perjudicarlo, con un entramado argumental comprensible, pero no real, con el que intenta justificar su delirio.

Es el caso, por ejemplo, de un trabajador que a raíz de un comentario inocente entre dos compañeros de oficina, que interpreta de forma errónea, empieza progresivamente a recelar, a sentirse perseguido por la empresa las 24 horas al día, culpándolo, según cree, de algo que no ha hecho.

El paciente paranoico siente que hay cámaras y micrófonos para vigilarle, aunque no los ve y puede incluir en su delirio a vecinos e incluso desconfiar de sus propios familiares, en una enorme confabulación que a todas luces es errónea y patológica, pero que altera toda su forma de vida previa, pudiendo llegar a presentar claras alteraciones de conducta y agresividad.

El paciente esta totalmente seguro de la certeza de sus creencias y no se le puede convencer de su error mediante el razonamiento lógico. Esta es la base de todo trastorno delirante.

¿Por qué se hace una persona paranoica? ¿Cuáles son las causas?

La desconfianza, mas o menos exagerada, un cierto rasgo de personalidad paranoide, es una característica de personalidad y tiene una graduación entre lo normal y lo patológico. Así, la desconfianza en si misma solo refleja una actitud y no es una enfermedad. En realidad todos tenemos ciertos rasgos paranoides que nos pueden proteger frente al medio en situaciones de riesgo, sin mermar nuestra cordura.

Pero una acentuación de estos rasgos paranoides de personalidad, la desconfianza por sistema suele encontrarse en los afectados de Paranoia y no es raro descubrir en estos sujetos antecedentes de suspicacia fácil, creencias exageradas de las posibilidades agresivas del prójimo, vivencias de hostilidad con respecto al entorno y resentimiento. Son frecuentes también la rigidez y el autoritarismo, como rasgos de carácter previo, con mala tolerancia a que se les lleve la contraria y dificultades para la autocrítica. También son frecuentes cierta frialdad emocional previa al desarrollo de la enfermedad, presencia de egocentrismo, problemas en las relaciones interpersonales y dificultades de diversa índole en la esfera sexual.

Es mas frecuente entre solteros y divorciados. Las escuelas psicoanalíticas han entendido los síntomas paranoides como un intento adaptativo para suplir determinadas carencias (los temas paranoides, centrados en el perjuicio, el daño y la persecución son las manifestaciones psicopatológicas mas arcaicas, mas antiguas, en nuestra evolución como seres humanos y por eso mas regresivas que las que aparecen en la neurosis y en la depresión) con que el paciente se protege frente a una depresión y es frecuente que aumenten las ideas paranoides al tiempo que disminuye la sintomatología depresiva y viceversa.

La paranoia suele presentarse en el adulto mayor y es mas frecuente en los ancianos. Lo favorece el aislamiento por lo que tienen más riesgo aquellos ancianos que viven solos, sobre todo si son mujeres. Son característicos los delirios de sordos, sordomudos y ciegos, por lo que la deprivación sensorial se considera un factor de riesgo. Al no ver ni oír bien, malinterpretan lo que perciben de forma deficiente y pueden llegar a construir explicaciones delirantes.

Cualquier cuadro mas o menos crónico o prolongado o cualquier situación de agotamiento psíquico, enfermedad física, e incluso el propio envejecimiento favorecen la presentación de síntomas.

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