Cambio y resistencia en la terapia de pareja.

Debemos recordar que cada uno de los cónyuges trae a la relación su propia
enajenación mental (creer que pienso cuando en realidad me lo pensaron) y
ambos confrontan las realidades ajenas a la relación, es como que se diera una
complementación entre las configuraciones previas, así el alcohólico se casa
con la codependiente, el desamparado con la protectora, la fóbica social con
el celoso patológico. Dichas complementaciones ofrecen durante el proceso
terapéutico una resistencia notable al cambio (Watzlawick, Weakland, Fisch,
1984) porque el sistema relacional patológico es producto de un extraordinario
equilibrio que imposibilita el cambio (Watzlawick, 1986). 83 Revista número 8 • diciembre 2000.


Al enfrentamiento de las realidades inventadas que traen los amantes se deberá
sumar la realidad inventada que posee el terapeuta quien no está exento de
haber sido influido por su propia experiencia personal (Guy, 1995) a lo que
se suma el modelo teórico que utiliza (Watzlawick, 1995a).


En algunas ocasiones el sistema relacional de la pareja enlaza con el modelo
relacional del terapeuta, ocasionándose entonces un estancamiento en el
proceso terapéutico, debido al aporte personal del terapeuta para mantener la
homeostasis relacional. Esto puede pasar por coincidencia en la enajenación
mental, parcialización del terapeuta con alguno de los cónyuges, similitudes
en la problemática de la relación con las propias relaciones del terapeuta,
inflexibilidad del modelo teórico, incapacidad emocional para recibir el dolor
de la pareja, incapacidad profesional o simplemente tedio.


A diferencia de otras posturas, el fenómeno de la resistencia desde la perspectiva sistémica no se concibe como un fenómeno exclusivo del consultante,
sino que es producto de todo el sistema terapéutico: pacientes y terapeuta. La
solución al impasse es la introducción al sistema de un nuevo elemento, esto
se logra con la participación del equipo supervisor. El uso del equipo supervisor es una distinción de la terapia familiar y de la TP, la fundamentación epistemológica proviene de la segunda cibernética (Von Foerster, 1987), donde el observador es observado observando (Watzlawick, 1995b).

Puesto que se ve lo que se aprendió a ver jamás logramos ver lo que
“realmente” ocurre sino lo que creemos que ocurre (Maturana, 1997), el
equipo supervisor se convierte en un nuevo punto de observación que ve al
terapeuta como parte de un sistema mientras que el terapeuta ignora dicha
configuración al observar al sistema de la pareja.


La supervisión es el recurso para salir del atolladero de la resistencia, es la
inclusión del tercero en el sistema terapéutico, dicha supervisión se la puede
hacer in situ ya sea utilizando una cámara de Gessell o sin ella, como también
la supervisión post facto ya sea analizando una grabación en video de la sesión
en cuestión o a través de la presentación del caso por parte del terapeuta. Un
nuevo sistema recientemente incorporado por el Instituto Boliviano de Terapia Familiar es la interconsulta en vivo, la cual consiste en la introducción de
un supervisor al sistema terapéutico donde el terapeuta presenta el caso y el
supervisor interviene directamente con la pareja y el terapeuta.

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Las terapias de pareja cada vez son más solicitadas por los más jóvenes

El confinamiento al que nos tuvimos que someter el pasado mes de marzo marcó un antes y un después en la forma que tenía la mayoría de vivir las relaciones sociales, sobre todo de pareja. No todos han sido capaces de superar esa convivencia 24 horas al día, siete días a la semana; tampoco tras el anuncio de la ‘nueva normalidad’. Estar encerrados y sin socializarnos, vivir con las costumbres de tu pareja, cuyas manías se magnifican al tener que compartir espacio, el estrés y la crisis económica que estamos viviendo en este momento solo ha hecho que vayamos de mal en peor. Lo curioso es que son las parejas más jóvenes las que están notando cómo la pandemia está acabando con sus relaciones, por lo que cada vez son más los especialistas que están viendo cómo son los más jóvenes los que están solicitando terapias de pareja.

“Las parejas empiezan una terapia por motivos diversos y exclusivos de cada relación, pero sí se observan una serie de dificultades que se repiten los más jóvenes”, “Una de ellas es la falta de confianza y la segunda, los conflictos en los que se cruza la ‘línea del respeto’. Ambos problemas pueden darse a la vez, o uno como consecuencia del otro. Sin embargo, los dos reflejan una misma realidad: la desconfianza, bien causada por un motivo externo o inseguridades propias, que bien se podrían haber incrementado durante este año tan convulso.

“Hay parejas que han visto acelerados procesos en la relación o han tenido que tomar decisiones importantes a raíz de la pandemia, lo cual ha podido tener un resultado positivo o negativo en ellos”. “Por otro lado, en muchas parejas ha provocado numerosos conflictos derivados de pasar más tiempo juntos, de la incertidumbre y el estrés generados por la situación y del no tener espacios individuales ni tantas vías de escape. Puede que en algunos casos estos conflictos fuesen previos y hayan salido a la luz o se hayan agravado a raíz del confinamiento. Algunos de los más habituales son: problemas de comunicación, escasa tolerancia ante los defectos del otro y la gestión de conflictos”.

Aún así, no todo es malo: no podemos ignorar el número de parejas que han salido fortalecidas con la crisis, que las hay.

“Hay relaciones que han salido fortalecidas y se han redescubierto gracias a esta crisis. No hay que olvidar que las crisis son oportunidades también para las relaciones de pareja”, insiste Fernández-Velilla Lapuerta.

La convivencia es dura, y más cuando compartimos un espacio durante todos los días, limitados por la salida al exterior. El confinamiento ha supuesto una auténtica prueba de fuego para muchas parejas, que han visto cómo sus parejas les ofrecían una nueva faceta desconocida para ellos. La comunicación es pieza clave para superar esta prueba de fuego, pero no todos han echado mano de esa herramienta, provocando rupturas. Fuente: lavanguardia.com

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