Aumenta la demanda de tratamientos psicológicos para ansiedad y depresión como consecuencia de la pandemia, encuesta de la APA

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Se han incrementado las consultas de psicología para el tratamiento de problemas de ansiedad y depresión. Así lo recoge una encuesta realizada durante los meses de agosto a octubre por la Asociación Americana de Psicología (APA) en la que han participado 1.787 psicólogos.

Según afirman los profesionales encuestados, se ha observado un aumento notable de consultas de pacientes con ansiedad y depresión desde el inicio de la pandemia de coronavirus, así como de las solicitudes de intervenciones psicológicas a través de la modalidad de videoconferencia o telefónica. Como consecuencia, tres de cada 10 psicólogos (29%) señalan que están atendiendo a más pacientes desde el comienzo de la pandemia.

Específicamente, el 60% de los psicólogos y psicólogas dedicados al tratamiento psicológico de la depresión han informado del aumento de este tipo de demanda, así como el 74% de los psicólogos especialistas en ansiedad han señalado un aumento de las consultas para este tratamiento psicológico. Asimismo, otros problemas de salud mental que han experimentado un aumento de la demanda han sido los trastornos relacionados con el estrés y trauma (48%) y los trastornos del sueño (51%).

Más de la mitad (66%) de los psicólogos dedicados a la atención sanitaria han podido poner en marcha sus habilidades de autocuidado (66%) y conseguir un equilibrio entre su vida personal y profesional (55%), si bien un porcentaje considerable considera que la actual crisis sanitaria ha supuesto una sobrecarga de estrés. A este respecto, más de cuatro de cada 10 psicólogos encuestados (41%) afirmaron sentirse agotados y el 30% señaló no haber podido satisfacer la demanda de tratamiento de sus consultas.

En la gran mayoría de los casos (96%) la atención se ha realizado a través de servicios de telepsicología y sólo el 32% de los psicólogos encuestados afirmó combinar la atención presencial y remota.

En definitiva, los resultados de la encuesta de la APA siguen la línea de los informados en otros países, en los que se observa que la pandemia sanitaria ha tenido un impacto psicológico negativo en la población, así como ha supuesto un gran impulso para la expansión de los servicios de telepsicología.

Los resultados del estudio pueden consultarse en el siguiente enlace:

COVID-19 Telehealth Practitioner Survey

Para más información: https://www.psicologo-valencia.es

Duelo y el duelo patológico (tratamiento)

El duelo por la pérdida de un ser querido es un proceso adaptativo normal que sigue a la pérdida, donde se atraviesan distintos momentos, que encierra una cierta complejidad, implica dolor -como indica el término latino del que proviene ´´dolus´´-, y que dura un tiempo determinado -tiene un principio y un fin-

Aunque aquí estamos hablando del duelo por el fallecimiento de un ser querido, el concepto de duelo es utilizado y extrapolable para describir o explicar cualquier proceso que suponga la pérdida de algo importante en la vida de una persona (pérdida del amor, un trabajo, la salud, una ilusión que albergáramos,…) Y si te sientes desbordado/a por una situación de este tipo también podemos ayudarte en terapia.

No habría un tiempo estipulado para indicar la duración de un duelo, pero sí un tiempo razonable para superarlo, por lo que no podemos concretar exactamente cuánto puede llegar a durar (en el DSM-V se cataloga como normal hasta 2 años). Pero sí podríamos decir que el duelo finaliza cuando el dolor ha disminuido lo suficiente para cada persona.

La pérdida de un ser querido es uno de los mayores estresores que puede experimentar el ser humano (Homes y Rahe,1976), y sentir muchas e intensas emociones en el duelo es normal. Podemos sufrir: miedo, enfado, rabia, ansiedad, culpabilidad, … aunque quizá la emoción más habitual sea la tristeza, e incluso podemos vivenciarlas de una manera tan intensa que nos desconcierten, además también es normal tener pensamientos recurrentes, diferentes conductas,…

Pero el significado personal que tiene la pérdida para cada una de las personas que la sufren es distinto y hace que los procesos de duelo sean diferentes según el doliente, y además hay aspectos que pueden influir en el desarrollo del duelo como son: el tipo de relación que se tenía con el fallecido, el modo en que se produjo la muerte, la cultura a la que pertenezcamos, los recursos personales que tiene el doliente, el apoyo social y el percibido, las experiencia previas de duelo, etc.

FASES DEL DUELO / TAREAS DEL DUELO

Todos hemos oído hablar de que el duelo tiene unas fases por las que hemos de pasar cuando estamos inmersos en él. Quizá las más famosas sean las descritas en la Teoría de Kübler-Ross:

                1.- Negación

                2.- Enfado

                3.- Depresión

                4.- Negociación

                5.- Aceptación

Y hay muchas más teorías como las expuestas por Bowlby & Parkes, Engel, Lindemann o Kaplan, entre otras, donde también se habla de distintas fases, estadios o etapas del duelo.

Todos estos autores/as entienden que todas las personas que están en duelo pasan, de alguna manera, por una serie de etapas o fases comunes en su proceso, lo que puede ayudar a comprender cómo es el proceso para los dolientes, qué les está pasando o en qué momento del duelo se encuentran.

Pero cuando hablamos de duelo, cuando profundizamos en la experiencia clínica y en la investigación en este campo, no podemos dejar de tener en cuenta algunas aportaciones muy importantes como son las de Robert Neimeyer y las de William Worden para realizar un buen trabajo de terapia y una buena práctica profesional con personas en duelo.

Robert Neimeyer es uno de los expertos más reconocidos en el Campo del Duelo. Y entiende el duelo como un trabajo donde el doliente ha de reconstruir un mundo entero de significados que se ha visto alterado por la pérdida. No habla de fases ni etapas, y le da una mayor importancia a todo lo que rodea a la persona en duelo por su influencia en su proceso. Y enfatiza que, como los matices de cada vida son únicos, “en el duelo existen generalidades pero no universalidades”, que ningún duelo es igual a otro.

William Worden, por su parte, es mundialmente conocido y una eminencia en la Psicología del Duelo. Una de sus importantes aportaciones es su concepción del doliente como agente activo dentro de su proceso, quien debe completar cuatro tareas para resolver su duelo (que pueden solaparse entre sí y no tienen por qué seguir el siguiente orden):

1.- Aceptar la muerte del ser querido (entendido desde una comprensión que va más allá de lo intelectual). Debemos integrar la parte racional y emocional de lo que nos ha sucedido.

Cuando nos quedamos bloqueados/as en esta tarea tendemos a distanciarnos de la vida, optamos por resignarnos, aguantarnos o posicionarnos en la negación de la realidad, no podemos salir del bucle de los “¿por qué …?”, los procesos de pensamiento “¿y si…?” son recurrentes, podemos sufrir insomnio, mareos, dolores físicos, sensación de indefensión, de irrealidad….

2.- Elaborar las emociones relacionadas con la pérdida.

Debemos atrevernos a sentir, a gestionar nuestras emociones y a trabajar con su significado. Si no elaboramos las emociones que surgen en el duelo, el dolor queda bloqueado –desconexión- o se manifiesta a través de emociones complejas (culpa aplastante, angustia insoportable,…), físicamente o de forma patológica.

3.- Aprender a vivir en un mundo donde el fallecido ya no está presente.

En el duelo también tenemos que aprender a rehacer un camino, enfrentarnos a nuestra seguridad/inseguridad, a nuestro autoconcepto, al miedo,… Si no podemos empezar a recuperar las áreas de nuestra vida y encontrar otras nuevas, si priorizamos la añoranza, el recuerdo, si no nos reconocemos o no confiamos en nuestras capacidades, si optamos por aislarnos… no estaremos superando esta tarea, estaremos estancados.

4.- Recolocar emocionalmente al ser querido y seguir viviendo.

Esta tarea consiste en recuperar la ilusión y el sentido de la vida, reelaborando el vínculo con el fallecido, pero si no la trabajamos sobreviviremos en lugar de vivir, nos podemos quedar anclados en el proyecto vital que compartíamos con la persona que hemos perdido, y no podremos vivir el presente con miras al futuro.

Rosa Ana Bonora, psicóloga especialista en duelo y duelo complicado.

Javier Brotons, psicólogo clínico especialista en el tratamiento del duelo. Tel: 600440004

Consulta propia en el centro de Valencia: https://www.psicologo-valencia.es/duelo-y-duelo-patologico/

DUELO GESTACIONAL, PERINATAL Y NEONATAL

En la mayoría de embarazos, el apego maternal y parental empieza mucho antes de nacer el bebé, y las mujeres y hombres durante ese tiempo van identificándose como madres y padres, por lo que tendríamos que tener en cuenta que su duelo es por la muerte de un hijo/a (independientemente de las semanas de gestación o días de vida), y el impacto emocional que supone esta situación es enorme por la relación de parentesco y el apego con el fallecido, entre otros.

A ello, se le suma que muchas personas vivencian este tipo de pérdidas como una muerte traumática por el modo en el que se produjo el fallecimiento, por las circunstancias que la rodearon, y por ser una pérdida súbita e inesperada, en la mayoría de ocasiones. Sin olvidar que, además, las circunstancias psicosociales que rodean este tipo de pérdidas, como son: el poco apoyo social recibido y/o percibido, el no poder hablar del hijo/a fallecido, la inexistencia de la despedida, funeral o rito de costumbre del doliente en muchas ocasiones, y la estigmatización social cuando se ha tenido que interrumpir un embarazo… invisibilizan este tipo de duelos y no ayudan a que se suceda un duelo sano.

Por otra parte, en el duelo por una muerte gestacional, perinatal o neonatal además de la pérdida real del bebé se le suman otras pérdidas para la madre y el padre o pareja que hace que se convierta muchas veces en un duelo múltiple. Entre estas pérdidas estarían: la plenitud de la pareja, representada por la espera y llegada de un hijo/a; la pérdida de todo un futuro familiar esperado y la del hijo/a proyectado; o en algunos casos, incluso la pérdida de la posibilidad de ser padres/madres por sus circunstancias particulares (edad de la madre, técnicas de fertilidad empleadas, secuelas,…), entre otras.

Y si bien, en un primer momento, cuando sucede la pérdida no podemos diagnosticar clínicamente si  un duelo gestacional, neonatal o perinatal va a desencadenar o no en un duelo traumático o complicado, sí que debemos considerar que, en muchas de estas situaciones para algunas personas, se pueden dar factores predictores de un duelo complicado.

Si necesitas asesoramiento de cualquier tipo relacionado con tu pérdida también te podemos ayudar. Nuestra psicóloga, Rosa Ana Bonora, Vicepresidenta de NUBESMA Asociación de apoyo al duelo gestacional y neonatal de Valencia, puede resolver tus dudas y proporcionarte muchas herramientas para ayudarte en tu proceso de duelo.

Junto a NUBESMA estamos a tu lado para apoyarte y asesorarte.

Rosa Ana Bonora, psicóloga especialista en duelo y duelo gestacional. perinatal y neonatal. Tel: 619 06 78 56.

Asociación de apoyo al duelo gestacional y neonatal de Valencia www.nubesma.org   Tel: 644713832.

Para más información: https://www.psicologo-valencia.es/duelo-y-duelo-patologico/

PÁNICO: TRATAMIENTO EN VALENCIA

Los tratamientos psicológicos más eficaces y breves para las crisis de pánico son los que siguen un enfoque cognitivo-conductual. Estos tratamientos, aplicados por psicólogos especialistas en problemas de ansiedad, se basan en enseñar al paciente diferentes estrategias para ayudarle a controlar las crisis de pánico, reducirlas hasta que desaparezcan y enseñarle a afrontar situaciones temidas.

En algunos casos, el tratamiento psicológico debe combinarse con tratamiento farmacológico, que debe ser indicado por un psiquiatra. Los fármacos habitualmente usados para tratar las crisis de pánico son algunos tipos de antidepresivos (frecuentemente ISRS) y benzodiacepinas. Siempre deben hacerse bajo prescripción médica y siguiendo las indicaciones de este especialista.

Las crisis de pánico son episodios que, en un primer momento, son inesperados y no se asocian a ninguna situación concreta. En ellos aparece de forma temporal y aislada miedo o malestar intenso acompañado de cuatro o más de los siguientes síntomas, que se inician de forma brusca y alcanzan su máxima expresión en los diez primeros minutos (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DMS-IV-TR, 2002)):

  • Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardíaca.
  • Sudoración.
  • Temblores o sacudidas.
  • Sensación de ahogo o falta de aliento.
  • Sensación de atragantarse.
  • Opresión o malestar torácico.
  • Náuseas o molestias abdominales.
  • Inestabilidad, mareo o desmayo.
  • Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (estar separado de uno mismo).
  • Miedo a perder el control o volverse loco.
  • Miedo a morir.
  • Parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo).
  • Escalofríos o sofocaciones.

La vivencia de una crisis de pánico es un hecho altamente desagradable. Por ello, a muchos pacientes les aterra el hecho de que la crisis vuelva a aparecer afirmando que sufren “miedo al miedo”. Esta circunstancia define al trastorno de ansiedad.

Todos estos síntomas, la mayoría de carácter somático, no deben obedecer a otras enfermedades, por tanto, deben quedar excluidas patologías cardiacas que justifiquen el dolor torácico y las palpitaciones, procesos digestivos que provoquen náuseas y vómitos, etcétera.

Tratamiento psicológico para el pánico en Valencia y Castellón:                      Javier Brotons. Psicólogo col.CV03246. Tel: 600440004.                                                https://www.psicologo-valencia.es

AGORAFOBIA: TRATAMIENTO EN VALENCIA.

Agora + Fobia: Agora viene del griego Ágora que significa Plaza Pública, lugar de reunión o discusión; y Fobia viene del griego Phóbos que significa temor, miedo mórbido sobretodo por su carácter obsesivo. Y nada mejor que juntar estas dos palabras y crear una sola para definir lo que hoy conocemos por Agorafobia, que según la DSM IV-TR es la “ansiedad por se encontrar en lugares o situaciones en los cuales la fuga pueda ser difícil (o embarazosa) o en los cuales pueda no tener ayuda disponible en caso de tener un ataque de pánico inesperado o situacionalmiente predispuesto o situaciones semejantes al pánico. Las situaciones más comunes incluyen estar solo en casa; estar en una multitud o esperar en una fila; cruzar un puente y viajar en coche, autobús, tren o avión.”

Existen varios tipos de tratamiento de la agorafobia. Los más estudiados y contrastados experimentalmente son el farmacológico y el cognitivo conductual. El cognitivo conductual muestra como ventaja sobre el farmacológico que permanece después de cesar la administración, mientras que el que se restringe a la medicación pierde sus efectos cuando cesa la toma de medicación (Echeburúa y Corral, 1992). También se pueden emplear de manera conjunta, aparentemente con ventajas en los resultados que se obtienen, aunque los resultados de la terapia combinada aún están en estudio.

Tratamiento psicológico para la agorafobia en Valencia y Castellón:                        Javier Brotons. Psicólogo col.CV03246. Tel: 600440004.                                                https://www.psicologo-valencia.es

 

TERAPIA GRUPAL/TALLER/CURSO: HABILIDADES SOCIALES, ASERTIVIDAD Y EMPATÍA.

TERAPIA GRUPAL/TALLER/CURSO: HABILIDADES SOCIALES,ASERTIVIDAD Y EMPATÍA. ENERO 2017

– Dirigido a: personas con miedos sociales o que tengan o hayan tenido problemas de fobia social o miedos sociales, personas con problemas de timidez y/o con dificultades para establecer y mantener relaciones sociales o simplemente personas que quieran mejorar la forma en que se relacionan con los demás y con las personas del sexo contrario.

– Objetivos: relacionarnos con los demás sin desarrollar respuestas de timidez, ansiedad, agresividad o evitación; aprender a defender nuestros derechos, opiniones y puntos de vista sin ocasionarnos daño emocional a nosotros mismos y/o a los demás; conseguir desarrollar conductas de relación social con alta autoestima, conseguir mejorar nuestras relaciones con los amigos, la familia, la pareja, personas del sexo opuesto, compañeros de trabajo…..y conseguir expresar y aceptar críticas de forma adecuada. Se trata de un curso-taller eminentemente práctico en el que los participantes tendrán la oportunidad de compartir experiencias y estrategias a modo también de terapia de grupo.

Módulos del curso-taller:

1- Aprender a manejar y controlar los síntomas de la ansiedad social.

2- Aprender a defender y expresar nuestros derechos y aprender a decir que no.

3- Aprender a resolver conflictos interpersonales.

4- Superar la timidez.

5- Superar el miedo a hablar en público.

 

– Inicio: enero de 2017.

– Horario: sesiones de hora y media de duración: de 20 a 21,30 horas.

– Duración del taller: tres meses.

– Precio: 25 euros por sesión.

– Lugar: Av. Fernando Católico 22. 46008 Valencia.

 

– Contacto e inscripciones: enviar email indicando nombre y número de teléfono a javier@psicologo-valencia.es y/o llamar al teléfono: 600440004 (Javier). Abierto plazo.

Web: www.psicologo-valencia.es

Blog: www.psicologo-valencia.eu

Tratamiento cocaína.

 El consumo de drogas es un tema prioritario de salud pública a nivel mundial. Las consecuencias del consumo se reflejan tanto en el usuario, como en su entorno, y pueden implicar daños costosos como la violencia intrafamiliar, suicidios, homicidios, accidentes, enfermedades, absentismo laboral, entre otros.

 Los efectos de la cocaína, en dosis bajas (aproximadamente hasta 200 mg.) y a corto plazo son: euforia, aumento en el estado de alerta, percepción de mayor capacidad para el trabajo físico e intelectual, disminución de la fatiga, del hambre, del sueño, locuacidad, entre otros. Además, produce temblor, dilatación de las pupilas, inquietud, náuseas, aumento de la temperatura corporal, del ritmo cardiaco y de la presión arterial. A medio y largo plazo se pueden presentar hemorragias nasales, complicaciones respiratorias (debido a la  perforación del tabique nasal), cardiovasculares, neurológicas, gastrointestinales, o lesiones en la piel que resultan de alucinaciones táctiles, como sentir insectos. Además, los usuarios pueden sufrir depresión, somnolencia y una fuerte necesidad de obtener la droga.

Tratamiento de la adicción a la cocaína en Valencia y Castellón:

                                www.psicologo-valencia.es / javier@psicologo-valencia.es

Tratamientos psicológicos Valencia.

Un tratamiento psicológico es una intervención profesional, basada en técnicas psicológicas, en un contexto clínico (Centro de Salud Mental, Hospital, consulta privada, Asociaciones de personas afectadas, etcétera). En ella un especialista, habitualmente un psicólogo clínico, busca eliminar el sufrimiento de otra persona o enseñarle las habilidades adecuadas para hacer frente a los diversos problemas de la vida cotidiana. Ejemplos de esto son ayudar a una persona a superar su depresión o reducir sus obsesiones, trabajar con una familia con conflictos entre sus miembros para que sepan comunicarse mejor, o enseñar a un adolescente a relacionarse con otros compañeros de modo más sociable y menos agresivo.

Un tratamiento psicológico implica, entre otras cosas, escuchar con atención lo que el paciente tiene que decir y buscar qué aspectos personales, sociales, familiares, etc., son responsables del problema. También supone informar al paciente sobre cómo puede resolver los problemas planteados y emplear técnicas psicológicas específicas tales como, por ejemplo, el entrenamiento en respiración o relajación, la resolución de problemas interpersonales, el cuestionamiento de creencias erróneas, el entrenamiento en habilidades sociales, etc. El empleo de fármacos no es parte del tratamiento psicológico, aunque pueden combinarse ambos tipos de terapia cuando se considera oportuno.

En resumen, los tratamientos psicológicos son aplicados por psicólogos clínicos, que son los especialistas en los problemas del comportamiento humano y que utilizan técnicas especializadas de evaluación (una entrevista, una historia clínica, tests y cuestionarios, etcétera), y de tratamiento, cuya eficacia ha sido contrastada en diversas investigaciones científicas.

Javier Brotons. Psicologo. Tel: 600440004.

Javier@psicologo-valencia.es. / www.psicologo-valencia.es

Psicologo especialista ansiedad Valencia.

Psicólogo colegiado (CV03246) con 20 años de experiencia y docente en la Universidad, especialista en el tratamiento de problemas y trastornos de ansiedad. Tratamiento psicológico de: ansiedad crónica, ansiedad generalizada, agorafobia, trastorno obsesivo compulsivo (toc), trastorno por estrés postraumático (tept), fobia social, fobias específicas (amaxofobia, acrofobia, fobia a la sangre, claustrofobia….), trastorno de pánico…..

Contacto: Javier Brotons. Tel: 600440004 / javier@psicologo-valencia.es

Tratamiento de:

TRASTORNO DE ANSIEDAD GENERALIZADA (TAG)

Se caracteriza por un patrón de preocupación y ansiedad frecuente y persistente respecto de una variedad de eventos o actividades. Los síntomas deben extenderse al menos por 6 meses para poder efectuar el diagnóstico. Los síntomas psicológicos son: preocupación crónica y exagerada, agitación, tensión e irritabilidad, aparentemente sin causa alguna, o más intensas de lo que sería razonable en esa situación en particular. La gente que la padece también puede tener problemas de concentración y dificultades para conciliar el sueño (siendo el primero que se afecta en cualquier trastorno), con frecuencia suelen aparecer signos físicos, como temblores, dolor de cabeza, mareos, agitación, tensión muscular, dolores o molestias, molestias abdominales y sudoración.

TRASTORNO DE PÁNICO: CRISIS DE PÁNICO

Las crisis de pánico son episodios que, en un primer momento, son inesperados y no se asocian a ninguna situación concreta. En ellos aparece de forma temporal y aislada miedo o malestar intenso acompañado de cuatro o más de los siguientes síntomas, que se inician de forma brusca y alcanzan su máxima expresión en los diez primeros minutos (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DMS-IV-TR, 2002)):

  • Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardíaca.
  • Sudoración.
  • Temblores o sacudidas.
  • Sensación de ahogo o falta de aliento.
  • Sensación de atragantarse.
  • Opresión o malestar torácico.
  • Náuseas o molestias abdominales.
  • Inestabilidad, mareo o desmayo.
  • Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (estar separado de uno mismo).
  • Miedo a perder el control o volverse loco.
  • Miedo a morir.
  • Parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo).
  • Escalofríos o sofocaciones.

La vivencia de una crisis de pánico es un hecho altamente desagradable. Por ello, a muchos pacientes les aterra el hecho de que la crisis vuelva a aparecer afirmando que sufren “miedo al miedo”. Esta circunstancia define al trastorno de ansiedad.

Todos estos síntomas, la mayoría de carácter somático, no deben obedecer a otras enfermedades, por tanto, deben quedar excluidas patologías cardiacas que justifiquen el dolor torácico y las palpitaciones, procesos digestivos que provoquen náuseas y vómitos, etcétera.

AGORAFOBIA

La persona agorafóbica comienza a experimentar la ansiedad al encontrarse en lugares o situaciones dónde ‘escapar’ puede resultar dífícil, complicado y embarazoso o dónde, en el caso de aparecer una crisis de angustia inesperada o más o menos relacionada con una situación (o bien síntomas similares a la angustia) puede no disponer de la ayuda o apoyo que considera imprescindible. Los temores clásicos de la agorafobia suelen estar relacionados con un conjunto de situaciones y escenarios muy típicos, entre los que se incluyen estar sólo fuera de casa, las multitudes o la posibilidad de tener que viajar en algún medio de transporte específico. La persona agorafóbica tenderá a evitar (intensamente) este tipo de situaciones por temor a que aparezca una crisis de angustia (o síntomas similares a la angustia) o necesitará (para poder afrontarlas con éxito) la ayuda indispensable de una persona de confianza que esté presente en esas situaciones concretas. 

FOBIA ESPECÍFICA

La manifestación de la respuesta de ansiedad aparece exclusivamente en presencia (o como anticipación) de un objeto o situación muy específicos (p.ej. terror a volar en avión, presencia de ciertos animales o miedo a las alturas). La persona, a pesar de de reconocer que se trata de un miedo irracional, desproporcionado o injustificado, se muestra incapaz de controlarlo o llegar a dominarlo. Las situaciones u objetos fóbicos tienden a evitarse o a soportarse a costa de experimentar un intenso malestar, tanto físico como emocional. Los comportamientos de evitación, anticipación ansiosa o el malestar experimentado cuando se ven obligados e exponerse al objeto o situación fóbica, interfieren negativamente con las actividades habituales de la persona, tanto a nivel personal como laboral o le generan un malestar significativo.

Algunas formas en las que se manifiesta la ansiedad son especialmente incapacitantes como por ejemplo los ATAQUES DE PÁNICO en los que la persona que los sufre pierde el control sin motivo consciente y aparente. Los síntomas físicos son muy agudos: taquicardia, sudoración, tensión muscular, mareos, temblores…y las persona los percibe con una gran angustia e interpretaciones psicológicas negativas: “me voy a morir”, me voy a desmayar”, no voy a salir de esta…..

FOBIA SOCIAL

La Fobia Social se caracteriza por un miedo y temor acusado, intenso, persistente y desproporcionado a la exposición a situaciones sociales y/o actuaciones en público o a la posible evaluación por parte de terceros. La exposición a este tipo de situaciones sociales genera, casi de forma invariable, una respuesta de ansiedad y que puede, en ocasiones, tomar la forma de una crisis de angustia. La persona reconoce que se trata de un miedo excesivo, irracional o desproporcionado pero se muestra incapaz de dominarlo y tiende a evitar este tipo de situaciones sociales, lo que interfiere de una forma muy significativa en su vida personal, familiar, social y laboral además de producir un intenso malestar en aquellas ocasiones en que, inevitablemente, debe afrontar este tipo de situaciones.

TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO (TOC).

Es la presencia frecuente, intensa y recurrente de ideas indeseadas (obsesiones) y de conductas repetitivas (compulsiones) que se hacen con la intención de aliviar la ansiedad producida en el sujeto por las propias ideas obsesivas. Las ideas obsesivas van más allá de las simples preocupaciones excesivas sobre problemas de la vida real. A pesar de que la persona se muestra capaz de reconocer su irracionalidad e intenta suprimirlos, ignorarlos, neutralizarlos o reducir su intensidad se muestra incapaz de controlar el malestar y la ansiedad que le generan. Las compulsiones pueden ser definidas como aquellos comportamientos (p.ej. ordenar objetos, realizar incontables comprobaciones o lavarse las manos incansablemente) o actos mentales (p.ej.contar, rezar o repetir palabras en silencio) de carácter repetitivo, que el individuo se ve obligado a realizar en respuesta a una obsesión o con arreglo a ciertas reglas o pautas de actuación que ‘debe’ seguir estrictamente. El objetivo original de estos comportamientos u operaciones mentales es la prevención o reducción del malestar o la prevención de algún acontecimiento o situación negativos ocurrido previamente.

TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO (TEPT).

El trastorno por estrés postraumático o TEPT es un trastorno psicológico clasificado dentro del grupo de los trastornos de ANSIEDAD, que sobreviene como consecuencia de la exposición a un evento traumático que involucra un daño físico. Es una severa reacción emocional a un trauma psicológico extremo. El factor estresante puede involucrar la muerte de alguien, alguna amenaza a la vida de la persona o de alguien más, un grave daño físico, o algún otro tipo de amenaza a la integridad física o psicológica, a un grado tal, que las defensas mentales de la persona no pueden asimilarlo. En algunos casos, puede darse también debido a un profundo trauma psicológico o emocional y no necesariamente algún daño físico; aunque generalmente involucra ambos factores combinados.

HIPOCONDRÍA

La hipocondría es “una afección caracterizada por una gran sensibilidad del sistema nervioso con tristeza habitual y preocupación constante y angustiosa por la salud”, nos dice el diccionario. Pero la característica esencial del trastorno hipocondríaco es “la preocupación persistente de la posibilidad de tener una o mas enfermedades somáticas graves y progresivas, puesta de manifiesto por la presencia de quejas somáticas persistentes o por preocupaciones persistentes sobre el aspecto físico”, se lee en el informe CIE-10 trastornos mentales y del comportamiento de la Organización Mundial de la salud. Según este documento, “con frecuencia el enfermo valora sensaciones y fenómenos normales o frecuentes como excepcionales y molestos, centrando su atención, casi siempre solo sobre uno o dos órganos o sistemas del cuerpo.”

La hipocondría es una clase de trastorno somatomorfo en el cual se presentan reiteradamente “síntomas somáticos acompañados de demandas persistentes de exploraciones clínicas, a pesar de repetidos resultados negativos…y de que los síntomas no tienen una justificación somática” refiere el CIE-10.

El hipocondríaco generalmente “rechaza los conceptos médicos y vive cambiando de especialistas, hasta cuando se descubre que se trata de una enfermedad somática. luego viene la remisión al psiquiatra, la cual es rehusada o difícilmente aceptada.

Cuándo se presenta:

La prevalencia de la hipocondría es desconocida y afecta por igual a hombres y mujeres. Se presenta en el 2 por ciento de la población en general y entre el 4 y el 10 por ciento de los paciente de medicina general. No hay diferencia en la edad en que se inicia, pero es mas frecuente después de los treinta.

La incapacidad que puede ocasionar es variable, pues “mientras unos enfermos manipulan a su familia ya su entorno social a través de sus síntomas, una minoría mantiene un comportamiento social normal”.

Tratamiento:

En el tratamiento de la hipocondría se emplea principalmente psicoterapia, para el reconocimiento del problema, manejo de la ansiedad, reeducacion del paciente con el fin de que no acuda a otros médicos, no hable de enfermedades ni lea libros o revistas medicas, entre otros. Existe también “tratamiento farmacológico, que lo debe prescribir un medico psiquiatra y se basa principalmente en ansiolíticos y antidepresivos, ya que casi siempre esta enfermedad esta asociada con depresión”.

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